MUJER Y NEOLIBERALISMO

Ponencia presentada por Carmiña Navia Velasco



Me parece que el tema que abordamos hoy tiene ciertas dificultades. Las mujeres vinculadas a trabajos populares no estamos muy acostumbradas a dimensionar nuestra vida y problemas cotidianos, en el marco de las grandes macrotendencias económicas y políticas. Esto nos requiere entonces un esfuerzo para encontrar lo particular en lo universal y a la inversa.

De otro lado no es fácil e inmediato tampoco establecer una relación directa entre los caminos bíblicos y la dominación actual del neoliberalismo. Aunque es cierto que algunos biblistas encuentran muy fácilmente relaciones entre nuestro mundo y el de hace 25 siglos, no es ni mucho menos legítimo abusar fácilmente de estas aparentes relaciones. Por ello iluminar hoy desde la Biblia, las consecuencias del neoliberalismo en la vida de las mujeres exige también por nuestra parte un esfuerzo cuidadoso.

Finalmente, de tod@s nosotr@s es sabido que la economía se resiste a dejarse cruzar por categorías o indicadores de género... y aunque desde muchos sectores, investigadoras e instituciones se hace un esfuerzo para lograrlo... es un camino que apenas se está iniciando.

En este texto vamos a intentar precisamente eso: poner en relación, realidades claramente ligadas, pero aparentemente independientes ---> Mujer, Neoliberalismo y Biblia... con el objetivo fundamental de iluminar y apoyar la vida cotididana de tantas mujeres populares, víctimas de los ajustes del FMI y de la llamada globalización, un nombe nuevo del viejo imperialismo económico y cultural.

1. MUJER Y ECONOMÍA

Los avances en la investigación sobre género, conseguidos especialmente por las mujeres, en los últimos años, han logrado una auténtica revolución en las ciencias sociales... pero esta revolución no entra fácilmente en todos los espacios y en todos los dominios. La economia, en su doble dimensión: científica y técnica, es una de las disciplinas que más se resiste a aceptar las implicaciones genéricas que tiene. Es cierto que en las dos últimas décadas se ha avanzado: los encuentros internacionales sobre y de... la mujer (Nairobi, Beijin...), las propuestas desde diferentes universidades y las políticas institucionales ligadas al sistema de Naciones Unidas, han ayudado a ello.

La UNESCO es particularmente consciente de la necesidad de avanzar en términos de la igualdad de oportunidades y de colaboración entre los sexos como condición de construír nuevas relaciones en la humanidad: "Avanzar hacia la equidad y la igualdad de los sexos es una parte importante de la cultura de paz. La cooperación y el diálogo entre hombres y mujeres crea nuevo conocimiento y cambio positivo. Por lo tanto los programas dirigidos a los niños y a los hombres no deben competir por financiación con los programas para las niñas y las mujeres. Los nuevos programas para los hombres no deberían hacerle el juego a la reacción contra la presión femenina en pro de la igualdad de los sexos"(1).

Sin embargo las resistencias tienen una historia propia y no han sido aún vencidas totalmente. Haleh Afshar, nos habla así de su experiencia en este terreno: "Puede resultar difícil creer que hubo un tiempo, a principios de los años setenta, justo antes de la primera reunión de Nirobi, en el que la pregunta que se nos hacía era por qué debe el género incluírse en el análisis económico? En aquella época, los economistas estaban convencidos de que la economía trataba sobre la gente en general, no sobre hombres, mujeres o niños... "Parecía extraño, por lo tanto, que un grupo de mujeres insistiera en que el análisis económico debía estar ligado al género. "Por otro lado, todo a lo que hacía referencia la economía en aquella época sí estaba ligado al género, pero al masculino. Era él, el consumidor, quien tomaba decisiones y preferencias racionales. Mientras tanto yo, ella, la mujer irracional, intentaba enseñar, cuidar de mis hijos, sacar adelante mi hogar. Lo que esto significaba en la práctica era que yo, ella, estaba tomando decisiones bastante irracionales a los ojos de la economía masculina"(2).

He querido tomar esta cita un poco larga, porque nos introduce muy bien el tema... las lógicas masculina y femenina son distintas, para todo: para el consumo, distribución, producción, necesidades, preferencias... Si sólo una de estas lógicas (la masculina...) rige la economía, el otro punto de vista, la otra mitad... queda fuera.

Aunque es indudable -como decía- que en términos de Desarrollo, Planificación e Igualdad... se han dado pasos, estos no son ni mucho menos suficientes, particularmente en los países más pobres, en los que las condiciones de las mujeres son peores y en los que la feminización de la pobreza es un hecho incontrovertible.

Los grandes centros económicos y las Universidades más potentes en ciencias económicas y administrativas, siguen ignorando el carácter genérico de todas sus propuestas y políticas. Un manejo femenino del mundo económico nos daría como resultado tendencias ambientales, productivas, de gasto e inversión, de consumo... muy diferentes a las actuales.

Las mujeres somos cada día más, más conscientes de ello: "Esta imposibilidad de prescindir del cuerpo, construye para las mujeres, una especie de pensamiento material. Las mujeres piensan a través de la experiencia de su propio cuerpo, y su teoría, cuando la hacen, nace siempre de la escucha de otros cuerpos. El sentido común dice que las mujeres son incapaces de pensamiento abstracto, son negadas para el llamado pensamiento puro. En efecto si por pensamiento abstracto se entiende un pensamiento que nace del olvido-negación del cuerpo, a las mujeres no les resulta fácil, y la historia lo demuestra"(3).

La planificiación económica realizada en sintonía femenina no podría dejar de escuchar los cuerpos de aquell@s que tienen hambre, frío, necesidad. Pero las mujeres en general continuamos estando muy lejos de las instancias en las que se toman las decisiones macroeconómicas.

Es cada día más palpable para las mujeres conscientes de su ser y de su subjetividad, que organizaciones estatales que pasen por las manos de la feminidad como opción de vida, cambiarían muchas de las reglas de juego. Cambiarían los patrones de la llamada deuda externa, cambiarían las políticas del FMI, intercambiarían los dineros entregados a las armas y a la guerra con y por entregados a la educación, alimentación y salud. Es claro que no se trata ni mucho menos de cualquier planificadora y/o gobernante de sexo femenino... No basta ser genitalmente mujer, para tener como opción de vida la feminidad. Es sólo desde esta opción, desde donde se puede descubrir un nuevo lugar para mirar la vida.

"Economía de las mujeres denomino yo a la economía que no está reducida exclusivamente a la moneda de cambio impuesta por el mercado sino todas las medidas que abarcan la satisfacción de las necesidades de las personas y tienen como objetivo una vida mejor para todos/as"(4). No es fácil sin embargo cambiar la lógica de los grandes centros y eventos económicos. Es uno de los retos que tenemos las mujeres en este nuevo siglo que comienza.

La primera conclusión que podríamos sacar, casi antes de iniciar nuestra conversación sobre el Neoliberalismo, es la urgente necesidad de que las mujeres nos comprometamos con los temas que tienen que ver con la organización socioeconómica en los niveles macro... porque es en ellos, donde muchas veces se decide nuestra vida. Como dice Gloria Cuartas: "El costo de no tener una perspectiva política en nuestros trabajos es alto. La no participación de la mujer desde una mirada femenina, en los asuntos politicos, va fortaleciendo más la distancia, no sólo para abordar temas de las violencias, sino otras propuestas, creando mayor desigualdad entre hombres y mujeres. Las prácticas políticas tradicionales nos incluyen, pero sin saberse cómo, también las conquistas nos afectarán o beneficiarán... un cambio que no pase por la mujer, no alcanzará sostenibilidad en el tiempo"(5).

Es urgente, sin embargo tener claridad en algo: la economía con rostro femeino... debe ser una política que rompa con esas divisiones arbitrarias entre lo macro y lo micro... nuestro aporte económico, nuestra mirada económica debe empezar en la organización de la familia, y llegar hasta la organización del estado. De momento, el neoliberalismo y la llamada globalización, son una propuesta eminentemente masculina... veamos cómo nos afecta en tanto que mujeres, cómo afecta de una manera especial a las mujeres populares, a las mujeres pobres.

2. El Neoliberalismo.

Creo que hoy no ofrece ninguna discusión la constatación de que en tiempos de crisis uno de los grupos más afectados, sino el más... es el de las mujeres. La crisis generada por la aplicación de las políticas neoliberales no es la excepción.

Para mirar en detalle esta situación, me parece importante señalar en dos direcciones: De un lado, el avance o retroceso de la mujer en relación al hombre, en lo que tiene que ver con niveles de empleo, entradas económicas, cualificación profesional y bienestar social. De otro lado es necesario señalar que en los ambientes de trabajo popular, la mujer es fundamentalmente la proveedora familiar, es quien tiene que velar por la sobrevivencia de los hijos y en general de la unidad familiar, también es importante mirar cómo la crisis la afecta en cuanto tal.

En lo que respecta al primer aspecto, es claro que a lo largo de la última década, en Colombia la mujer fue ganando posicionamiento social, aunque este no siempre se concretó en un mejor estar económico. Se trataba sin embargo de un camino iniciado que ofrecía posibilidades lejanas de un furuto distinto.

Este leve cambio no puede confirmarse estrictamente con mucha sustentación estadística, pero sí se trata de avances cualitativos que las mujeres percibimos... no obstante podemos ver mínimamente algunos datos: Si tomamos en cuenta las siete principales áreas metropolitanas del país, encontramos que el empleo urbano femenino en Diciembre de 1997, era el 43% de la totalidad del empleo urbano, mientras que en 1982, era sólo del 36.5%. Además, el 57% de los empleos nuevos, generados entre 1991 y 1997, fueron ocupados por mujeres(6).

Igualmente, si miramos el comportamiento de algunas Bibliotecas Populares de la ciudad de Cali, encontramos que entre 1987 y 1988, el número de mujeres entre los/las socios/as, era mayor que el de los hombres. Esto nos está hablando, de una salida de la casa... y de una mayor participación en el estudio, por parte de las mujeres(7).

Pues bien esta tendencia empieza levemente a reversarse en 1998, para definitivamente caer en 1999. Las políticas impuestas por el ajuste neoliberal no sólo despojan a todos los trabajoders de gran parte de sus conquistas, sino que expulsan en primer lugar a la mujer de los pocos o muchos beneficios conseguidos en la última década.

Esta imposición económica que recorre el mundo y muy especialmente Latinoamérica, trae como consecuencia una: "Disminución dramática del empleo y aumento de la pobreza y la exclusión social, altos niveles de concentración del capital y pérdida de los derechos laborales y sociales. En esta economía que Nina López Jones ha llamado economía de genocidio las múltiples necesidades sociales insatisfechas se cargan sobre las mujeres, quienes gestionan la miseria y la sobrevivencia y brindan trabajo gratuito a la familia, a la comunidad y a las campañas clientelistas de algun@s polític@s..."(8).

Si hablamos de un área como Cali y el Valle del Cauca, nos damos cuenta que la crisis aguda en que está la Región, ocasionada en primer lugar por la caída de la narcoeconomía y en segundo lugar por los recortes neoliberales, afecta de manera principal todo el sector que tiene que ver con los servicios de diferente orden. Y este sector económico dedicado a distintos tipos de servicios, es un sector cubierto prioritariamente por mujeres... ya no se trata entonces únicamente de trabajo mal remunerado, sino simplemente de NO TRABAJO. Nos encontramos con la misma realidad a nivel educativo, si la familia popular tiene que sacrificar estudios, la primera sacrificada es la mujer, por ello en 1999 la participación femenina en las Bibliotecas Populares, cae.

Esto nos lleva a la agudización de una situación permanente: "Los resultados encontrados con los índices de bienestar muestran un panorama crítico para las mujeres colombianas, tomando como referencia los 33 departamentos; el 94% de las mujeres se encuentran en situación regular y extremadamente deficiente en salud. En educación y empleo el 66% se ubica en condiciones entre deficientes y extremadamente deficientes. Vivienda es el sector en que mejor se encuentran con un 40% en situación buena y excelente. Con el índice de bienestar total que se construye a partir de los anteriores, se tiene que el 15% de las mujeres se clasifica en buenas condiciones y la situación del restante 75% está catalogado entre regular y extremadamente deficiente"(9).

En los momentos de crisis o hundimiento, los sectores sociales más débiles son los más golpeados, entre otros motivos porque su capacidad de negociación es menor. Si sobre la espalda de la mujer popular recae en gran medida la responsabilidad social de su familia, sob re ella va a recaer no sólo su propio hundimiento como género, sino la crisis familiar. Esta realidad que es registrada por nuestro ojo y nuestra experiencia empírica, es corroborada igualmente por la investigación: "El nivel de vida de las esposas puede ser más bajo que el de los maridos, y el de las niñas más bajo que el de los niños. Sin embargo son generalmente las mujeres quienes tienen la responsabilidad de velar por los miembros de la familia en relación a los alimentos, los cuidados, el vestido, etc, y la obligación de satisfacer las necesidades de los/las hijos es mayor que la de los hombres. Son las mujeres las que deben buscar estrategias de supervivencia cuando caen los ingresos y suben los precios"(10).

En este esfuerzo de sobrevivencia, personal y familiar, muchas veces sobrehumano, la salud física y mental de las mujeres se afecta, sin que ello quede registrado en ninguna estadística (11). Una disminución notoria en las condiciones populares de vida, repercute directamente en una carga adicional de estrés en la mujer y por tanto en la posibilidad de su desempeño normal, en su calidad de vida y en sus expectativas frente a ella.

3. Buscando Estrategias.

En medio de esta realidad dolorosa y cruel y de esta economía genocida, hay algo que podemos afirmar con claridad y sin temores ---> El neoliberalismo no va a derrotar a la mujer de nuestro pueblo, como no la ha derrotado nunca la larga historia de dolores y angustias que le ha tocado sobrellevar.

La mujer en medio de su desesperación inventó mucho tiempo antes que los sociólogos la estrategia del rebusque, la mujer popular no participa en los grandes foros económicos pero es una excelente administradora de la carencia y de la deuda cotidiana... sus estrategias van siempre más allá de la capacidad del capital para robarla, para aniquilarla.

Porque en medio y más allá... de las grandes luchas por el poder, la mujer del pueblo ha desarrollado, como dice Ivone Guevara, su propio poder: "En primer lugar llamo poder a lo que para las mujeres pobres es sencillamente capacidad de vivir; capacidad de apelar a las diferentes energías disponibles para existir, para sobrevivir, para vivir. Es el poder como poder de vida, como apego, como deseo profundo de continuar existiendo, luchando contra las diferentes amenazas de muerte en una cotidianeidad sin gloria". Las mujeres de nuestros barrios han ido gestando desde su práctica y sin ser muy conscientes de ello, un "Poder como capacidad de organizar la vida, de encontrar salidas, de arreglárselas creando pequeñas alternativas y continuar así, hacia delante, tocando la vida"(12).

De la casa a la tienda, de la tienda a la escuela, de la casa a los centros de administración barriales... la mujer despliega esa capacidad y casi mágicamente, o por lo menos más allá de la captación y organización racional de la vida, convierte la nada en algo, la carencia en posibilidad, el hambre en comida. La mujer popular sabe de renegociar las deudas más que cualquier institución estatal. Por ello no va a ser derrotada ni por la globalización, ni por el neoliberalismo.

Es necesario entonces que busquemos las estrategias de lucha contra los reajustes y las imposiciones del FMI o del BM, en la misma dinámica popular, porque sólo con esa solidaridad podemos contar hoy, en un mundo de desagregaciones... "Existe una episteme popular, un modo de conocer no aceptado por la modernidad, devaluado, marginado, reprimido, sometido al poder del modo de conocer dominante. De esta episteme emana un saber popular en funcionamiento y desde ella es posible elaborar una ciencia del hombre y de las cosas, distinta"(13).

Es necesario entonces mirar la relación: mujer/neoliberalismo, no sólo a partir de las consecuencias de la exclusión, el hundimiento y la feminización de la pobreza, sino también desde la capacidad femenina de respuesta y resistencia. En este sentido vamos a buscar en la Biblia una iluminación, siendo conscientes de que mujeres fuertes, mujeres que le han hecho frente a la vida y han conquistado y cuidado el pan para los suyos... han existido siempre.

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