MUJER Y POBREZA: ENCUENTRO DE MUJERES CRISTIANAS

DECLARACIÓN




Un grupo de mujeres cristianas, representantes de Iglesias y Organizaciones Femeninas de distintas regiones del país, reunidas en Bogotá, los días 17 y 18 de Febrero, hemos reflexionado sobre la realidad de empobrecimiento y de guerra que vive nuestro pueblo, hemos revisado nuestro camino y nuestro compromiso a la luz del Evangelio y queremos decir a nuestras hermanas y hermanos colombianos, una palabra de esperanza y aliento.

Desde aquí hacemos memoria de la caminada del pueblo latinoamericano y de nuestr@s mártires. De una manera especial evocamos la memoria de Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, a los veinte años de su martirio.

Queremos declarar públicamente que rechazamos el proyecto económico genocida que nos ha sido impuesto. El neoliberalismo y la globalización se come la sangre y la vida de l@s más pobres. Manifestamos nuestra voluntad de continuar trabajando por un orden social y económico justo que tenga en cuenta las necesidades vitales de hombres y mujeres.

Es necesario exigir que en los pactos y proyectos nacionales e internacionales que involucren a Colombia, se respete y resguarde nuestro patrimonio nacional: patrimonio económico, cultural y moral. Los cultivos ilícitos no pueden ser erradicados si no son sustituídos adecuadamente por posibilidades reales de vida digna para las campesinas y campesinos.

En nuestra reunión reflexión econtramos que la mujer desde su situación de empobrecimiento, marginación y exclusión...desde su condición de desplazada... lucha en medio de su barrio, de su vereda o municipios, para mantener y generar la vida, para gestar la esperanza en medio de un panorama muchas veces desolador.

Decimos a nuestr@s gobernantes que los conflictos del país, pasan por mesas de concertación y diálogos, pasan por una planificación económica redistributiva, pasan por escuchar y asumir la voz de nuestro país que es pluriétnico y multicultural.

Queremos también desde nuestro foro, decirle a los guerreros que entre los afectad@s por la guerra, el 75% somos mujeres... y exigimos que nuestra voz sea oída y tenida en cuenta en los procesos y diálogos de paz y en la construcción de un nuevo país en que quepamos todas y todos.

Pedimos a nuestras Iglesias que comprometan su voz, su palabra, sus recursos, trabajos y posibilidades, en una acción radical para conseguir el cambio de modelo económico de nuestra sociedad.

Es importante también alentar a nuestras hermanas y hermanos para que fortalezcamos las redes horizontales, las mallas de intercambio, cooperación y solidaridad... Esto nos dará la doble posibilidad de incluír nuestra lucha cotidiana en las realidades macro y nos dará fuerza de negociación y concertación.

Santafé de Bogotá, 18 de Enero de 2000


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